28 DE JULIO .PE

Hablar del amor al Perú nunca será fácil. He aprendido a quererlo a las buenas y varias veces también a las malas.

Porque con tanta lucha diaria y con tanto sufrir y llorar como me contaron muchas canciones desde niña, he logrado encontrar refugio, en sus tierras, en los campos, en la música, en sus danzas, en la gente, en las playas que aún no son privadas.

Creo que no se puede hablar de un amor por Perú sin sentir un dolor que está todo el tiempo aquí. Perú es un cúmulo de sentimientos inmensos llenos de nostalgias y de añoranzas que parecen seguir un horizonte eterno.

He aprendido a hablar de montañas y no pretender que los cerros no existen. Soy feliz porque amo la chicha y nadie logró avergonzarme por ello nunca. Y así como amo con todas mis fuerzas también detesto todo lo que nos daña porque no lo merecemos.

Deja un comentario