Mañana es la cita más importante de este mes. Cita con mi tatuadora. Programé 3 pequeños tatuajes y espero no tarden mucho porque es invierno y mi problema existencial en esta temporada es disfrutar del tatuaje mientras detesto el frío y ruego por no ponerme a temblar muy pronto por andar un poquito descubierta.
Llegué súper a tiempo, soy puntual para estas cosas. Espero en el parque unos minutos y ya puedo acercarme rumbo a la aguja que me dará lo que requiero con mi propia sangre y con tinta. Tinta que no es mía, pero que ahora formará parte de mí, en mi piel.
3 garabatos, 3 huellas más en mí. Alguna de ellas indescifrable, otra tan simple como la nada.
El primero es rápido, la carita del alien… y ha quedado precisa, tiene el gesto inhumano que me cautiva. Esperamos a que seque, y a sellarlo un poco con film. Ahora el de la espalda. Estas letras que dicen «It’s Friday, I’m In Love» las amo. Están ahora en mi omóplato. Ya tengo este consejo para la gente del mundo, si te haces un tatuaje que diga que estás inlove, solo di que es la letra de una canción que te gusta mucho. ¡Ah! esto funciona con cualquier hecho que no quieras admitir y que hayas decidido tatuarlo.
El tercero es probablemente uno de los más pequeños y profundos de la historia. Va debajo de mi oreja derecha. Ahí, donde se me rompió algo y ya no puedo oír. Elegí la pequeña palabrita explosiva en un miniglobo de comic para representar mi rotura. Elegí el idioma alemán porque suena exactamente como creo que pasó. Esta misma palabra en español es demasiado deprimente, y en inglés no me agrada, suena demasiado sentimental. Yo necesitaba algo más mágico oscuro. Por eso elegí el german.
Estoy recostada en la camilla para que mi tatuadora esté cómoda y le llegue bien la luz de la ventana, ahora en las líneas finales y en el puntillismo de algunos bordes, pasa una banda ambulante. El confinamiento tiene tantas heridas en mi país. Vaya que llevan la música fuerte, esto me hace recordar una vez más mi sordera de este lado. Es interesante tener la mirada hacia la calle justo cuando pasan los músicos, minutos antes estuve viendo los árboles grandes y luego a la ardilla que pasó por el cableado eléctrico. Era hermosa y pequeña. Pequeña como este último tatuaje.
Ya está terminado. Estaba a segundos de temblar, creo que lo hice y empecé a fingir que no lo hice. Siento vergüenza de esta debilidad mía con el frío siempre.
Ahora soy otra, una vez más. Me pregunto ¿qué pasaría si se me acabara la piel y quisiera ser otra una vez más? Ya no podría, tendría que encontrar otras adicciones. Debo disfrutar de mi piel mientras ésta me alcance.