Sigo sin escapatoria en estos días en blanco. No encuentro mi goma en barra. Amo mi cuaderno del año. Ha sido una excelente decisión ya no elegir agenda, sino un cuaderno en blanco, limpio, muy vacío para llenarlo de toda mi vida. Este año mi vida me trae pensamientos extraños, lo cual no me desanima, agradezco sentir emoción. Esa que te hace sentir viva.
Ahora veo «You». Me he vuelto una completa maniática de las series y pelas en el sentido de no querer saber nada sobre la historia de cada una antes de verlas. No quiero críticas, ni siquiera la sinopsis, no quiero adelantos, ni trailers, no quiero nada. Quiero solo un título sobre el que mi mente pueda especular millones de cosas. Es un momento de libertad que no se consigue a menudo. No quiero opiniones, quiero opiniones vagas, quiero opiniones que no pueda comprender y así mi cerebro pueda viajar en libertad hasta que la vea.
Por supuesto que no quiero datos, ni antecedentes, no quiero críticas sociales, todo eso puede venir después. Necesito darle ese trabajo a mi cabeza y a mis ojos; pero tiene que estar limpio, en blanco, vacío. Si me empaño la vista con la mirada de otros ya no puedo, ya no quiero, no tiene sentido.
A me dijo: «es tan mala que es buena». Me gusta su opinión, me encanta. No era necesario saberla, pero ya que la dijo, la acepto. L me dijo: «¿la del acosador? dicen que romantiz… bla bla bla». No se detuvo pese a que le dije que no me diga nada. Y bueno, eso me enoja mucho.
Debo admitir que supe gran parte de la historia cuando las letras de YOU se pintaban en forma sangrienta, o solo lo intuí. Beck no puede dormir, da vueltas, se levanta y escribe. Recuerdo cada uno de mis insomnios… escribir me hizo sentir que no perdía el tiempo, mientras los demás dormían.
Ahora trato de pensar que este año deben ser mis hojas en blanco, totalmente libre de todo, quiero volver a apropiarme de esa idea de volver a comenzar y que los fines de año calzan perfecto para hacerlo. Así como cuando te cortas el pelo para marcas un final e inicio de algo. Son como los lunes, pero hay que tomarlos más en serio.